miércoles, 7 de octubre de 2009

vinos en la dieta argentina

El vino en la dieta argentina

En primer lugar quizás se deba tener en cuenta que el vino es uno de los elementos clásicos de la gastronomía de Argentina, es difícil imaginar una cena y, especialmente, un almuerzo (mayormente aún si de asado argentino se trata) sin vino

Viñedos en Agrelo, Provincia de Mendoza.

En rigor, hasta que no se inició la gran inmigración transatlántica procedente de Italia, España, Occitania e incluso Grecia desde la segunda mitad del siglo XIX, el gusto de la población criolla citadina argentina se centraba en los vinos tintos (o rojos) de misa como los llamados priorato, mientras que la población rural y semirural gaucha bebía unas especies de arropes de uva fermentados, en ciertas ocasiones verdaderas alojas de uva. En la producción artesanal de vino argentino se destacó – y mantiene merecida consideración– el llamado vino patero, casi todos estos vinos, en cuanto a su tenor de fermentación y a su color entran en la amplia y fuerte clasificación de los vinos tintos.

De cultura predominantemente europea, los argentinos son buenos consumidores de vino: en el 2006 el consumo fue de 45 litros al año per capita.

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