jueves, 8 de octubre de 2009

FABRICAR HELADOS AL VINO ALMENDRADOS !!!!

Elaboración de Helado de vino dulce con almendras:

  • Poner el vino y el azúcar en un bol y batir
  • Poco a poco ir añadiendo la nata y montarla con la mezcla de azúcar y vino
  • Cuando ya puede aguantar su forma, incorporar las almendras
  • Poner todo en un recipiente apto para congelar, y meter en el congelador durante 3-4 horas. Sacar cada hora y remover con una cuchara o con la batidora para evitar que se formen cristales de hielo
  • Servir en copas con frutas rojas y un chorrito de vino dulce en la base de la copa
ingredientes:

RECOMENDACIONES


Vinos recomendados EN 3/4


Alfredo Roca Cabernet Sauvignon

Alfredo Roca Family Reserve Malbec (2001)

Alta Vista Alto (2003)
Altocedro Reserva
Angélica Zapata Alta Cabernet Sauvignon (2000)
Carmelo Patti Malbec (2003)
Colonia Las Liebres (2005)
Colonia Las Liebres (2006)
Gentile Collins Prestigio Syrah
Pisco Tapaus
Santa Julia Syrah Rosé (2006)
Yacochuya (2001)

miércoles, 7 de octubre de 2009

introduccion "completa " del vino


EL VIÑEDO

Los grandes vinos no nacen en la bodega, sino en el viñedo. Por eso es fundamental el cuidado y la atención que se ponga en la finca durante todo el año, es así que se asegura el estado sanitario de las viñas y cepas, la materia prima del vino.
El vino es mucho más que una bebida o el complemento ideal de la comida. Es un producto de la cultura y a su vez un portador de cultura. Es también un objeto de placer, casi una obra de arte, que no permanece inmutable una vez que el artista termina su obra. Cambia, evoluciona, se enriquece. Es un producto vivo, y es precisamente esa condición la que lo hace apetecible y venerable.

Las vides de la Misión En América Latina la vitivinicultura tiene más de cinco siglos, y aunque se sospecha que existían vides antes de la conquista española, las cepas más difundidas llegaron desde Europa. Además de las necesidades religiosas, el vino era considerado un alimento primordial como el trigo y el aceite de oliva. Las dificultades para trasladarlo obligaron a los colonizadores a afincar viñas en cada nuevo asentamiento americano.
Así fue que los frailes comprobaron que suelo y clima eran óptimos para la vid. Alrededor del siglo XVI fueron plantadas las primeras cepas en Argentina, en la región de Cuyo. El cultivo se irradió hacia el norte, siempre bordeando la Cordillera de los Andes, hasta constituir la zona vitivinícola más importante del Cono Sur. De esos tiempos data el vino patero , ya que el proceso de elaboración se reducía a pisar las uvas en cueros de vaca, recolectar el mosto en recipientes de cuero y trasvasarlo a tinajas de barro donde comenzaba la fermentación que transformaría el natural jugo en vino sagrado.
En bodegas improvisadas, debajo de la tierra se conservaban las tinajas repletas de vino, a la espera del mejor momento para ser bebido. El tiempo y el hombre mejoraron las técnicas de elaboración y conservación hasta llegar al desarrollo de la vitivinicultura moderna.

La vid
Es un arbusto del género Vitis, que se extiende horizontalmente sobre el suelo o bien en altura. La profundidad de la raíz llega a los 10 o 15 metros, y éstas absorben del suelo la riqueza mineral y nutritiva precisa para la vida de la planta.
De todas las familias de este género, la Vitis Vinífera es la que produce los mejores vinos y la que engloba las cepas clásicas que se utilizan en la industria del vino.
Las grandes áreas mundiales de cultivo de la vid se enmarcan entre las latitudes de 30º y 50º de ambos hemisferios. Esto se debe a causas climatológicas, ya que por debajo de los 30º los rayos solares generan climas calurosos, y por encima de los 50º producen climas demasiado fríos. La vid precisa un determinado microclima para su desarrollo óptimo, marcado fundamentalmente por la cantidad de radiación solar que recibe anualmente.

La cepa y el vino
La cepa imprime las características propias del vino. La variedad de la cepa determina, incluso, la elaboración de vinos diferentes en viñedos cultivados en las mismas regiones y suelos. Los microclimas también son decisivos, incluso dentro de una misma zona. Los vinos más ricos en azúcar y menos ácidos se producen en las regiones más soleadas, en cambio los vinos más ácidos y menos alcohólicos se dan en las regiones más frías. Asimismo, las características del clima durante el año, especialmente el verano, definen la calidad de la añada.


Las 4 Estaciones, las 4 etapas de trabajo en los viñedos
La vid es una planta que cambia según la época del año. De acuerdo a sus etapas, el viticultor debe realizar distintas tareas en el campo:

INVIERNO: El ciclo vegetativo de la vid esta detenido. La planta se muestra seca, sin flores, sin hojas, sin frutos. Es el momento de la poda fuerte, que orienta la conducción de sus futuros brotes.

PRIMAVERA: El aumento de la temperatura del suelo hace que las raíces trabajen mejor y la planta empiece a poblarse de brotes que luego se dividirán en ramas, hojas o racimos. Comienzan las labores en la tierra, los primeros arados.

VERANO : La vid entra en si etapa de esplendor, las uvas cambian de color (envero: momento en el que el racimo empieza a cambiar de color por nutrición de sustancias colorantes) y se acelera la maduración. Llegara el corte del riego, algunas podas en verde y sobre el final, la vendimia.

OTOÑO: En esta etapa del año se aplican abonos naturales a la tierra y se inician trabajos de arado para nuevas plantaciones. La vid empezara a entrar en estado latente.

El trabajo en el viñedo
Siempre se habla de las cualidades de los distintos tipos de vinos, sus características, formas de elaboración, etc., sin explicar los distintos trabajos que a diario se realizan a estas nobles y legendarias plantas de la vid. Estos trabajos son de carácter intensivo, es decir que, todos los días del año la planta requiere atención y de la mano del hombre, por esto, trabajar la viña es casi artesanal.
Todo comienza en el mes de mayo, comienzo de los primeros fríos, inicio del año agrícola, con los distintos trabajos que se realizan a diario y manualmente a las plantas como:
• Poda
• Riego
• Aradura y deshorillado
• Abertura de surcos
• Mugrones
• Abono del viñedo
Poda:
Es uno de los trabajos más importantes que se le realizan a las plantas, ya que de esto depende la cantidad de uva que producirá la próxima vendimia. Consiste en la renovación de los sarmientos, maderas o ramas producidas por la planta durante el período anterior, y se realiza de forma manual con una tijera de podar.
La poda que se realice, dependerá del sistema de conducción de la viña. El sistema de conducción es la forma de disponer las vides en la parcela. Influye tanto en la cantidad como en la calidad. Esta disposición tiene que ver con el reparto de la energía solar y de ella depende el microclima.

Riego:
Luego de terminada la cosecha, se procede al regado de las viñas en forma manual con agua de deshielo, a través de surcos realizados al costado de las cepas para producir una excelente irrigación de las plantas durante el período invernal. A partir del mes de Septiembre, los riegos se van incrementando para permitirle a la uva que se desarrolle, permitiendo de esta manera, un excelente crecimiento del grano y del racimo, para así llegar a la vendimia con una materia prima excelente.
Al comenzar el período estival, se reanudan los riegos de forma periódica hasta el momento de la cosecha, en que se corta el riego para evitar cualquier tipo de enfermedad o la formación de hongos.
Para los vinos de calidad, la estrategia de producir una restricción progresiva hacia el período de maduración es propicia para una reducción del tamaño de las bayas y, por consiguiente, de los rendimientos, y favorece además la concentración de los compuestos fenólicos, principalmente las antocianas.
Aradura y deshorillado:
La aradura es un proceso mecánico que se realiza mediante un arado, y sirve fundamentalmente para marcar los nuevos surcos por donde correrá el agua para el regado de las cepas, y además marcará el camino de las deshorilladoras.
El deshorillado se realiza por medio de dos arados, y su función principal es la de sacar todas las malezas y tierra existente alrededor de las cepas, teniendo el cuidado de no dañarlas.

Abertura de surcos:
Este es un trabajo complementario de la deshorillada, pero se realiza en forma manual con una azada o zapa, y consiste en la limpieza y desmalezado final. A partir de este momento, queda formado el nuevo surco y su función principal es la de guiar el agua de riego lo más cerca posible de las vides.

Mugrones:
Proceso de renovación de las plantas de la vid, que consiste en el enterrado de un sarmiento del año anterior en un pozo no muy profundo para que genere raíces durante los próximos meses, formando así una nueva planta. Luego de dos años, se corta esta nueva planta separándola de la planta madre.

Abono del viñedo:
Cuando se acerca la primavera, se administran los abonos nitrogenados. Normalmente el nitrógeno es absorbido poco a poco, por lo que el estiércol o guano se aplica en invierno.


ENFERMEDADES DE LA VID

Las enfermedades pueden ser causadas por parásitos y plagas -ataques de insectos- y ataques de hongos.

Parásitos:
Los parásitos de la vid no han sido una gran amenaza, salvo en raras ocasiones.

La Peronóspera
Este ataque parasitario puede desarrollarse sobre todos los órganos verdes de la vid: pámpanos, hojas, flores y frutos. La importancia del daño depende del órgano que afecta y del momento del ataque. Cuando se desarrolla sobre las inflorescencias o el grano recién cuajado, la pérdida de la producción es total. Cuando el ataque se produce en las hojas durante el período de la madurez, se observa defoliación y las hojas se amarillean y caen. Cuando se produce en los granos durante la maduración, se observan los granos color cuero, se arrugan por la pérdida de agua, algunos caen y otros permanecen unidos al raspón.

Las plagas:
Son causadas por insectos masticadores y chupadores.
• Los masticadores: Estos insectos se mueven de un lugar a otro. Son capaces de morder con mucha energía.
• Los chupadores: Estos permanecen siempre en el mismo sitio. Y poseen un pico largo y afilado que utilizan para succionar su alimento.
La plaga más famosa se produjo a fines del Siglo XIX: La invasión de la Filoxera, que destruyó los viñedos europeos. La filoxera es un pulgón que habita inmóvil sobre las raíces de las vides, y se alimenta chupando la savia mediante un largo apéndice bucal.
La segunda plaga famosa fue puramente originada por el hombre cuando éste rompió el equilibrio ecológico abusando de los productos químicos como el DDT.


Los hongos:
Los hongos que atacan a la vid se dividen en 2 grupos:
• Los externos: Que viven sobre la planta. Reciben el nombre de Mildie (moho) porque confieren un aspecto enmohecido a la planta atacada.
• Los Internos: Que viven en su interior y sólo sacan al exterior sus órganos reproductores.. En este grupo se destacan las “cenizas” que recubren a la planta de un tinte amarillento.

¿Qué es la Podredumbre Gris?
En otoño, las uvas que quedan en la planta, con condiciones climáticas de suficiente calor y humedad, pueden infectarse con un hongo llamado Bortrytis cinerea o podredumbre gris. Las uvas infectadas se arrugan y secan, pero tienen un sabor dulce muy concentrado. La podredumbre gris afecta favorablemente a las variedades Riesling, Sauvignon Blanc, Chenin Blanc, Semillón y Gewürztraminer.

Vino con Botrytis
Vino dulce natural (el azúcar es natural de la uva) que posee un elevado grado alcohólico (entre 12 y 16º). Proviene de racimos atacados por la Botrytis cinerea. Combina, en una armonía casi irreal, dulzor, acidez y alcohol.



Cabernet Franc:
Es una variedad un tanto más rústica que la anterior, pero es muy útil en cortes, brindando intensidad y color a sus acompañantes. También tiene aromas a pimienta, frambuesa y violetas.

Bonarda:
Variedad de origen italiano –del Piamonte-, fundadora, junto con otras, de la vitivinicultura argentina. Aquí, durante mucho tiempo fue un cepaje olvidado y confundido con la Barbera D’Asti, aunque durante los últimos años se lo ha reconocido como una uva capaz de producir vinos de calidad
La Bonarda es una de las tintas más extendidas en el país. Afortunadamente, está experimentando un merecido redescubrimiento. Por muchos años, esta uva se destinó sólo a vinos de consumo doméstico y cortes y no se caracterizó por una imagen de alta calidad.
Cepaje de hojas poco plegadas, medianas y de color verde opaco. Sus racimos son medianos, bien llenos y de forma cilíndrica. Los granos son de color negro-azulado, de tamaño mediano, esferoides y de pulpa blanda. Variedad vigorosa y de alto rendimiento.
En su lugar de origen, la Bonarda produce vinos livianos de poco cuerpo, elevada acidez, bajos en taninos e ideales para consumir jóvenes.
En Argentina, en cambio, los vinos de este cepaje se caracterizan por tener:
- un color rojo intenso, con matices violáceos y negros;
- aromas que recuerdan los frutos rojos y negros como la ciruela. Con el tiempo se suman aromas más complejos como el cuero;
- taninos robustos y abundantes, pero agradables y equilibrados;
- su crianza en barrica dará un vino con buena estructura y complejidad.

Tempranillo:
El Tempranillo es un símbolo de España y su nombre se debe a que es una de la variedades que madura más tempranamente. Junto con variedades como Graciana, Garnacha y Masuelo , el Tempranillo integra el corte de los vinos más prestigiosos de la región española de Rioja.
En Argentina se afincó en el siglo XVI y desde entonces se destinó a los vinos de consumo doméstico.

El Tempranillo es una variedad de brotación más bien primeriza, que madura a mediados de setiembre. En la viña, esta cepa se muestra vigorosa y con rendimiento medio. Se adapta a cualquier suelo, pero alcanza mayor calidad en lugares bien soleados. Su racimo es medio, compacto, largo y alado.

Hace varios años, las bodegas argentinas han redescubierto el potencial de esta variedad que incluso ha ganado importantes medallas en los concursos más prestigiosos del mundo. Sus taninos robustos son uno de los principales atractivos del Tempranillo.
Esto se traduce en un vino que impresiona agradablemente la boca. Sus aromas son los de las frutas rojas maduras, las mermeladas y los toques especiados, similares a la pimienta. Es un tinto de gran estructura y esto permite una excelente convivencia con el roble para lograr un vino de guarda. Si es así, se apreciarán notas de tabaco, chocolate y vainilla que lo vuelven sumamente encantador.

Merlot:
En Francia este cepaje se denomina Merlot Noir, ya que también existe además el Merlot Blanc (su par entre las uvas blancas), aunque muchos estudiosos afirman que no pertenecen a la misma familia. En sus orígenes se lo llamó Biturica y hacia el 1800, la variedad se extendió con el nombre Noble Bordeaux. Actualmente, en este país –que es su cuna– también se lo conoce como Bigney, Crabutet, Médoc Noir y Merlau.
Es uno de los cepajes típicos de la zona francesa del Pomerol, de gran estirpe europea cuya personalidad delinea los grandes vinos rojos de Burdeos.
En Argentina se da tanto en zonas cálidas como en regiones más frías. En las primeras, adquiere un notable carácter frutado aunque posiblemente no lleguen a ser vinos muy longevos. En las regiones más frías y altas, como el Valle de Uco mendocino o los viñedos patagónicos, expresa una mayor tipicidad. Su color es rojo rubí bastante intenso y con característico sabor a uvas muy maduras y pasas de uvas, alcohólico, aromático, con acidez tendiendo a baja.

Se caracteriza por el color rubí intenso con matices bordó. Sus aromas típicos son los frutos negros y rojos, como las moras, las frutillas, las cerezas muy maduras. En la degustación también suelen aparecer aromas que recuerdan al higo, el tabaco, el cuero y las violetas. También pueden aparecer notas mentoladas, resinosas y recuerdos de cáscara de naranjas.

Pinot Noir:
Oriundo de la Borgoña. Extendido en casi todas las zonas del mundo, a pesar de que su adaptación no es fácil. Prefiere los suelos no excesivamente fértiles y húmedos, climas templados y no excesivamente cálidos y buenas exposiciones al sol. Produce vinos de mediana intensidad, de mediana concentración tánica. Su marcado carácter frutal también desafía la capacidad de descripción de las palabras. Cerezas, guindas, fresas, grosellas, violetas, vainilla, especias, regaliz, pasto recien cortado, pueden captarse entre sus aromas. En el paladar, consistencia a la vez completa, suave y alcohólica. El cuerpo va unido a la suavidad. Vinificado en blanco es junto con el Chardonnay y el Pinot Meunier, base del Champagne. La crianza en roble le aporta marcadas expresiones de vainilla, tabaco y cuero.

Sangiovese:
Es la variedad clave del vino italiano más internacional: el Chianti, y uno de los cepajes de orígenes más antiguos. En general, esta variedad tinta luce un tono rojo púrpura que evoluciona bastante rápidamente hacia el anaranjado; con aromas muy variables (rosas, té seco o aromas que recuerdan al petróleo), pero casi siempre impregnados por un matiz terroso. Aunque pueden obtenerse vinos un poco rústicos, se caracterizan también por su elevada acidez, graduación media y no ofrecer una resistencia demasiado buena a la oxidación. Son vinos concentrados, de sabor alquitranado y puede recordar al regaliz. En general, los elaboradores parecen estar de acuerdo sobre la conveniencia de someter a la Sangiovese a una pequeña crianza en barrica vieja para cautivar su carácter vivaz y brillante.

Syrah:
En el mapa, dos lugares clave para esta cepa que raramente va acompañada de otras variedades: el sello de la tradición en la zona norte del valle del Ródano (Francia) y la versión del Nuevo Mundo en tierras australianas.
A Francia, según una de las teorías que narran su historia, llegó de la mano de los colonos griegos. Otra versión afirma que esta variedad ya estaba implantada en el Ródano en tiempos de la ocupación romana; mientras una tercera ubica el acontecimiento en el siglo XIII, y cuenta que fue un ermitaño el responsable de haberla llevado a ese valle francés. Allí, es el varietal predominante de los vinos de Cote Rotie, Condrieu, y más al sur (en un ambiente más templado) forma parte, conjuntamente con otras 12 variedades, del famosísimo “Chateau-neuf du Pape”.

Este varietal produce vinos de muy buena calidad, nobles para la crianza y con capacidad para envejecer muy bien. En nuestras tierras no tiene el gusto herbáceo –casi salvaje- de las uvas tintas de Burdeos.
Sus rasgos nos recuerdan más bien a las especias (especialmente al clavo de olor), a los higos y frutos secos en general, a la menta, al coco y a los ahumados; y si ha pasado por madera, aparecerán las notas de cuero y vainilla. En la boca se harán evidentes las características de un tinto vigoroso, con cuerpo y abundantes taninos. Su color se expande desde el rojo granate al púrpura oscuro.

Los elegantes Syrah van desde los sabores especiados, minerales y ahumados, al púrpura oscuro y aroma a violeta de los ejemplares jóvenes.
El origen de la cepa podría estar en la ciudad persa de Schiraz, en el actual Irán, o bien en Siracusa (Sicilia) por las sinonimias Sirac, Syra, Sirah y Syrac.

LOS TERRUÑOS

Argentina se encuentra ubicada en el extremo austral del continente americano, y en la región andina, dadas sus características de suelo y clima, se da el lugar óptimo para el cultivo de la vid. La Cordillera de los Andes custodia sus viñedos desde Salta hasta Río Negro.
La diversidad de los terruños influye directamente sobre las características de los vinos, no estamos hablando de calidad, un vino puede ser de excelente calidad pero al ser de distintas zona tener cualidades absolutamente diferentes.
Nuestro mapa vitivinícola se compone de cinco regiones principales. De Norte a Sur son las siguientes:

Región de Salta y Catamarca
La región del Noroeste se ubica alrededor de los Valles Calchaquíes, a 1.500metros sobre el nivel del mar. Son casi 1.800 hectáreas de vid concentradas en Salta, y en Catamarca alrededor de 2.330 hectáreas cultivadas con vides.
Cafayate es la zona de mayor producción. Su suelo es arenoso con gran cantidad de ripio de excelente drenaje. El clima es de una gran amplitud térmica entre el día y la noche, escasas lluvias, abundante luminosidad y una humedad promedio del 15%.
El riego proviene de la precordillera. Esta región se distingue por la calidad sobresaliente de los vinos Torrontés. También se cultivan variedades como Chenin, Riesling, Cabernet Sauvignon, Malbec, Merlot y Barbera.

Región de La Rioja
La región de La Rioja se caracteriza por tener clima seco, con días cálidos y noches frescas. Gracias a esa amplitud térmica los vinos que se elaboran con las vides que allí se cultivan tienen características muy definidas. Son frutados e intensos, los tintos presentan un gran color y los taninos son realmente dulces.
La zona de La Rioja tiene dos regiones, una, la más antigua, es la de Chilecito con una superficie cubierta de vides que abarca alrededor de 5000 hectáreas entre los departamentos de Chilecito, Tinogasta y Villa Unión. La otra zona es Aminga dentro del departamento de Castro Barros a 1580 metros sobre el nivel del mar, donde se cultivan cepajes como el Torrontés, Chenin, Chardonnay, Sauvignon Blanc y Viognier, entre otros.
Entre los vinos tintos se cultivan muy buenos Cabernet Sauvignon, el Malbec, el Merlot, el Syrah y el Bonarda. Hay un cultivo especialmente nuevo en Aminga; el Petit Verdot.

Región de San Juan
Esta zona cuenta con una superficie cultivada cercana a 60.000 hectáreas a 630 metros sobre el nivel del mar. Su principal capital es la buena insolación de las uvas. Las viñas se concentran cerca de la capital de la provincia, irrigadas por el río San Juan.

La mejor zona es la del Valle de Tulum, por sus suelos arenosos, con buen drenaje, gracias al pedregullo del subsuelo. En esta zona se cultivan los principales cepajes utilizados para la industria vitivinícola, especializándose en los últimos años en el Syrah.

Región de Mendoza
Mendoza es el centro vitivinícola más importante del país. A esta región se la puede dividir en cuatro áreas.

Norte mendocino: Esta zona integra a los departamentos de Lavalle, Norte de Maipú y Guaymallén, comprende las áreas irrigadas por el río Mendoza. Esta zona es propicia para la producción de vinos blancos, tales como el Chenín, Ugni Blanc y Torrontés.

Zona alta del río Mendoza: Abarca Luján de Cuyo, parte de Maipú y parte de Las Heras. Por las virtudes de su agro-ecología esta zona ha sido elegida por las principales bodegas para elaborar los más exquisitos vinos finos, se destaca la localidad de Vistalba, donde se produce el mejor Malbec, con un bouquet que no se obtiene en ninguna otra región. También se producen otros varietales tintos como el Cabernet Sauvignon, Syrah, Merlot y Bonarda. Entre los blancos se cultivan principalmente el Chardonnay, Chenin, Moscatel y Viognier.

Este mendocino: San Martín, Junín, Rivadavia, Santa Rosa y La Paz constituyen la zona productora más grande de la provincia, con el 49 % de la superficie cultivada. Los cepajes mejor adaptados a la región son Bonarda, Tempranillo y Syrah. En esta zona también se producen uvas para el consumo en fresco.

Valle de Uco: Comprende los departamentos de Tunuyán, San Carlos y Tupungato. Los viñedos se extienden en una altitud que oscila entre los 900 y los 1200 metros sobre el nivel del mar. Las variedades mas extendidas son Malbec, Barbera, Cabernet Sauvignon y Merlot. También se cultivan variedades blancas excelentes, como el Semillón, Sauvignon Blanc y Chardonnay.

Centro-Sur mendocino : Abarca los departamentos General Alvear y San Rafael. Los viñedos descienden suavemente hacia el este desde los 800 metros sobre el nivel del mar hasta los 450, y son irrigados por las aguas del río Atuel y el Diamante. En San Rafael, el Chenin Blanc ha sido adoptado como la variedad favorita para la elaboración de varietales. Los niveles de amplitud térmica presentes en la zona favorecen la producción de antocianinas, también responsables del color en los vinos. Variedades tintas como el Cabernet Sauvignon, Malbec y Bonarda son los puntos de partida para la obtención de vinos de excelente cuerpo visual.

Región del Sur Argentino
Los viñedos patagónicos se encuentran a orillas de los ríos Limay, Neuquén, Negro y Colorado. El más austral es el ubicado en la localidad de Epuyén en la provincia de Chubut.
En esta región se obtienen buenos vinos blancos. También son reconocidos por su buena calidad versiones de Pinot Noir y Merlot de maduración temprana.

ELABORACIÓN Y CRIANZA

Vinificación: Todas las operaciones mediante las cuales se transforma la uva en vino se denominan vinificación . En términos generales, aunque los sistemas difieren de un lugar a otro y según se trate de uvas blancas o tintas, consta de las siguientes etapas:

Estrujado o prensado
Encubado y maceración en la vinificación en tinto (fermentación alcohólica)
Fermentación maloláctica (en tinto y en blancos muy particulares)
Clarificación, filtración y estabilización
Crianza
Embotellado

Estrujado: Consiste en romper el hollejo de los granos de uva para que libere el jugo. Esta operación se realiza mediante máquinas llamadas estrujadoras o pisadoras, que pueden ser de varios tipos.

Derrasponado: Consiste en separar los granos de uva de la parte herbácea del racimo, como es el raspón o escobajo cuya intervención no es apropiada para nuestro objetivo.

Maceración: Para elaborar el vino tinto el mosto se deja en contacto con la pulpa, el hollejo y las pepitas (semillas). Aquí se realizan dos procesos simultáneos. La fermentación, realizada por las levaduras, que transformarán el azúcar del mosto en el alcohol del vino, más numerosos componentes por un lado. Y por otro, el proceso de maceración, en donde el jugo de la uva o mosto, estará en contacto con las partes sólidas del grano, como el hollejo y la semilla, que le aportarán el color y los taninos del futuro vino. El tiempo en que este fenómeno ocurra, dependerá del tipo de vino tinto que se quiere obtener. Existe otro tipo de maceración, llamada maceración carbónica, que consiste en colocar las uvas en vasijas saturadas de gas carbónico (llenas de gas carbónico) y temperatura relativamente elevada, en donde la uva sufre un proceso de disolución suave y un poco prolongada que permite obtener un vino con aroma y sabor particular.

Fermentación alcohólica (4 A 10 DIAS)
Una etapa común a todo tipo de vinificación y también esencial es la fermentación alcohólica. En la constitución del grano de uva, éste está rodeado por una película u hollejo. Aquí, en el hollejo, que está en contacto con el medio ambiente, encontramos organismos muy pequeños (microscópicos) que pertenecen al grupo de los hongos, llamados levaduras. Cuando la uva llega a la bodega y se extrae el mosto (jugo de uva), ya sea en uvas blancas o tintas, ésta trae en su hollejo estas levaduras que realizarán la fermentación alcohólica. Esta labor de transformar el azúcar del jugo de la uva en alcohol y otros cuerpos químicos llamados secundarios, la realizan las levaduras alcohólicas o “sacaromices”. Cuando las condiciones en bodega son óptimas comienzan a reproducirse. Trabajan sin la presencia de oxígeno (anaeróbicas) y transforman los azúcares por un proceso fermentativo. Si bien, adheridas al hollejo del grano de uva, vienen las levaduras naturales (llamadas indígenas), hoy en bodega se agregan cepas de levaduras seleccionadas, para asegurar la fermentación óptima. Una vez que las levaduras han degradado el azúcar y lo han transformado en alcohol y demás sustancias, mueren y forman un sedimento en el fondo de la vasija llamado “borras”.

La reacción química esquemática realizada por las levaduras podría ser:
Glucosa = alcohol + gas carbónico

Fermentación maloláctica: Como hemos mencionado anteriormente, entre los componentes de la uva, se encuentran principalmente tres ácidos orgánicos: el ácido tartárico, el ácido málico y el ácido cítrico. Este último desaparece rápidamente durante el proceso de fermentación alcohólica. El ácido málico es de suma importancia biológica para el vino. En primer lugar, durante la fermentación alcohólica es transformado por las levaduras y ciertas bacterias llamadas lácticas, en ácido láctico. Pero terminada la fermentación alcohólica, estas bacterias que suceden a las levaduras alcohólicas efectúan lo que se conoce como segunda fermentación o fermentación secundaria, en que el ácido málico es transformado en ácido láctico. Este es de constitución suave y agradable. Mientras el ácido tartárico, el más estable de los tres, pasa a formar el verdadero constituyente ácido de los vinos.


Fermentación, sin ella el vino solo sería jugo de uvas
Como todos saben, sin la fermentación el jugo de uva nunca sería vino. Para comenzar conozcamos como define el diccionario la palabra Fermentación: degradación de sustancias orgánicas por la acción de enzimas microbianas, acompañadas con frecuencia de desprendimientos gaseosos.
Ya teniendo clara la definición, podemos decir que para que el vino sea justamente eso debe producirse la Fermentación Alcohólica , la cual consiste en la descomposición de los azucares contenidos en el grano de la uva y el mosto, que luego son transformados en alcohol y gas carbónico.
Es aquí donde entra en escena un nombre clave para explicar este fenómeno y es el de Pasteur, quien demostró que la fermentación no era solo una reacción química si no que intervenían también en este proceso microorganismos vivos y por lo tanto este fenómeno es bioquímico, es decir, también esta involucrada la biología.
Para explicar el descubrimiento de Pasteur debemos hablar de las levaduras , seres vivos unicelulares los cuales respiran en proceso anaerobio cuyo resultado es… si adivino, la fermentación .
Tomando a las levaduras como las principales responsables de que se lleve a cabo el proceso fermentativo conozcamos un poco más de ellas. Como dijimos son seres unicelulares más precisamente hongos , los cuales tienen forma de ascas (una célula de paredes gruesas que en su interior contiene otras células pequeñas). Éstos son generalmente transportados por la atmósfera a través del viento hacia el racimo y el grano de la vid para luego penetrar en la pruina de la baya y desde allí, llegar a la pulpa misma. En su interior las levaduras están formadas por un 75% de agua y el 25% restante son sustancias sólidas.
Volviendo al proceso fermentativo, una vez que concluye la transformación por medio de las levaduras de los azúcares de la uva en alcohol (Fermentación Alcohólica), comienza la Fermentación Secundaria , más conocida como Fermentación Maloláctica. Ésta última, contrariamente a la primera, no se desarrolla por la acción de las levaduras, si no que intervienen otros microorganismos vivos llamados bacterias quienes comienzan su trabajo una vez terminado el de las levaduras.
La importancia de la fermentación maloláctica radica en la transformación del ácido málico de la uva en láctico, disminuyendo así la acidez del vino.
Gracias a esta fermentación secundaria los vinos obtienen sabores más agradables y suaves, quitando asperezas y equilibrando el vino.
Muchas de las virtudes y defectos que encontramos en los vinos son consecuencia de la fermentación.

Trasiego: En los vinos nuevos se produce una clarificación espontanea. Esto implica que los sedimentos se depositan en le fondo de la vasija formando borras. No es aconsejable que los vinos estén mucho tiempo sobre las ellas, por lo que los trasiegos son frecuentes en bodega. Esta operación consiste en sacar los vinos que se encuentran sobre borras y pasarlos a una vasija completamente limpia. En el pasaje se debe tener la precaución de no arrastrar los sedimentos.

Clarificación: Operación que consiste en agregar al vino una sustancia de naturaleza coloidal (vegetal o animal). Estas sustancias arrastran hacia el fondo de la vasija aquellos elementos en suspensión no deseados en el vino.

Crianza: Los vinos tintos, como hemos dicho, pueden ser jóvenes, cuyas características sobresalientes, son la frescura y el frutado. Son los llamados vinos tintos jóvenes. Pero los grandes vinos tintos o los clásicos, más bien dicho, son objeto de un proceso de crianza, que consiste en estacionar los vinos, sobre todo en vasijas de madera, donde, después de la fermentación maloláctica se suceden una serie de procesos físico – químicos, notablemente complejos, para llegar a lo que se conoce como “envejecimiento” o “añejamiento” del vino, en donde éste se enriquece sobre todo en compuestos aromáticos del “bouquet” a la par que se estabiliza el color de los mismos.

Embotellado: El proceso de crianza culmina con el embotellado, el cual se efectúa cuando el productor estima que la crianza del vino ha alcanzado su perfección.

CONSERVACIÓN Y GUARDA

La temperatura
El vino debe guardarse a una temperatura constante de entre 5º y 18º C, pero la temperatura ideal oscila entre los 10º y los 12º C. Hay que evitar sobre todo las fluctuaciones extremas de temperatura, el objetivo primordial es obtener una temperatura lo más constante posible. Si la bodega pasa de 12º en invierno a 20º en verano lentamente, no importa demasiado, pero una variación de este tipo en lapsos cortos de tiempo -como un día o una semana- es perjudicial para el vino, ya que éste se dilata y se contrae en la botella. También el corcho sufre las consecuencias, pudiendo rezumar líquido a través de sus nerviosidades. Se debe tener en cuenta también que a mayor temperatura el vino acelera su proceso de envejecimiento, y por lo tanto se acorta su ciclo de vida.

La luz
La luz perjudica al vino, sobre todo a los blancos y los espumosos. Asegúrese de que la bodega permanezca el mayor tiempo posible en penumbra. Una bombilla eléctrica no muy potente e indirecta será suficiente para circular por la bodega, pero recuerde apagarla al salir. Nada de luz solar.

La limpieza
Los vinos y la bodega deben estar siempre limpios y sin olores. Evite almacenar en ella envases con pintura, solventes u otros químicos, cuyas emanaciones afectan al vino -incluso a través del corcho- y en general productos alimenticios como las legumbres, ya que las materias vegetales pueden provocar la aparición de hongos o insectos perjudiciales.

La humedad
La humedad ideal debe rondar entre el 70 y el 80%. Si es excesiva pudre las cajas de cartón, las etiquetas e incluso los corchos. Pero una falta de humedad secará el corcho, oxidando así el vino, por lo que las botellas deben almacenarse acostadas. El mejor suelo es el que tiene características porosas, ya que mantiene la humedad elevada.

La ventilación
Una buena circulación de aire es esencial para evitar olores de moho o podredumbre, pero hay que tener en cuenta que no baje o suba en exceso la temperatura del ambiente. Si la bodega tiene orientación norte-sur, coloque los puntos de ventilación lo más bajo posible en el lado norte y lo más alto posible en el lado sur. De esta forma, por efecto de la convección, el aire cálido se evaporará por el lado sur, siendo reemplazado progresivamente por el aire fresco que entra por el lado norte.

Las vibraciones
Son perjudiciales sobre todo para los vinos viejos, que son los más delicados y acostumbran a tener posos (sedimento). También hay que evitar desplazar las botellas y procurar mantenerlas alineadas en un sitio fijo.

Aislamiento sonoro: Es importante que el lugar que destine para su Cava no este invadida por vibraciones o ruidos constantes ( Equipos de música, grupos electrógenos, motores, etc.)

La posición de las botellas
Para una buena guarda o envejecimiento -y en general, en cualquier bodega- el vino debe permanecer acostado para que el corcho permanezca siempre húmedo y no se reseque. Además, en esta posición las partículas sólidas o posos se depositan en la barriga de la botella, lo que nos permitirá proceder a una decantación inmediata.

Diferenciar los vinos de guarda con los jóvenes:
No todos los vinos son aptos para guardar mas de 2 años. Por eso deberá consultar en el lugar de compra (si en la etiqueta no figura el tiempo de estibaje), ya que la mayoría de los vinos que no pasan por barricas de roble, son para beber de inmediato (sobre todo el vino blanco).


¿Qué cambios sufre un vino tinto sometido a la guarda en botella?

En cuanto al color: Durante su añejamiento en botella, en los tintos de jerarquía suelen aparecer depósitos de materia colorante. Es por ello que, con el tiempo, su color va disminuyendo de intensidad y su tonalidad vira cada vez más hacia el rojo ladrillo y luego hacia el amarillo. Estas modificaciones de color son naturales y no implican algo negativo en un vino de guarda.

En cuanto al aroma : Los aromas de un vino de excelente calidad se desarrollarán al máximo durante la guarda. Alcanzarán un bouquet complejo, equilibrado y armónico. No olvide que esto se cumplirá siempre y cuando las condiciones de conservación sean las correctas y el estado de la botella y el corcho sean óptimas.

En cuanto al gusto : Con el paso del tiempo en botella, los vinos tintos tienden a suavizarse. Con respecto al desarrollo de la pastosidad y el sabor abocado, éste se debe, en parte, a la precipitación de compuestos colorantes, pero también está ligado a la aparición de aquellas mismas sustancias que provocan el desarrollo del bouquet.


LA MAGIA DEL ROBLE

El roble con su personal aroma y la calidez de su textura es un símbolo de la industria pero además agrega magia al escenario donde nace el vino.
La tradición de guardar el vino en madera se remonta a la cultura celta, donde ya se hacían los toneles para almacenar el vino, para el traslado, habida cuenta que no se conocían otros envases tan resistentes. El barro de las anforas y tinajas solía partirse. Pero, cuando los hacedores del vino, en aquellas lejanas épocas se dieron cuenta que, además de preservarlo la madera le confería ciertas notas especiales, comenzaron a criar el vino en barricas, práctica que enseguida se hizo moneda corriente. Hoy un vino que ha pasado por madera tiene características diferenciales que resultan de un importantísimo valor para el consumidor.

El aporte de la madera
El paso por madera tiene su moda. Hubo un tiempo en que prácticamente toda la producción de vinos argentinos pasaba por madera. Y era madera antigua, de grandes toneles. Los vinos perdían personalidad, porque quedaban totalmente escondidos los aromas primarios.
Luego llegó lo contrario, todos vinos sin estacionar y ahora hay como un mix, encontrando buenos vinos muy bien elaborados y hasta para guarda, que no pasan por toneles y blancos como el Chardonnay, que tienen su breve estancia en el roble que le confiere una presencia muy personal y de amplios sabores.
El fenómeno que se produce durante la permanencia del vino en el tonel es la muy lenta interacción entre el oxígeno que penetra a través de los poros de la madera y los compuestos del vino, como antocianas y taninos. De esta forma se activan los colores y los antioxidantes y el vino toma, además, mayor estructura. La madera ayuda también a suavizar y redondear las asperezas , otorga mayor resistencia para la guarda posterior y aporta complejidad. Todo dependerá del tiempo que el vino pase en la barrica y también si es nueva, ha sido cepillada recientemente o es de varios usos. No hay que temer a una barrica utilizada hasta tres o cuatro veces, ya que los sedimentos inevitables de vinos anteriores le dará al nuevo, otras aristas nada desagradables como notas de trufas o setas y el aroma inconfundible del corazón del bosque umbrío.

Allá en los bosques
La madera por antonomasia es el roble. ¿Y porqué el roble? Si bien se hicieron experiencias con acacia, sauce, algarrobo y castaño, el roble tiene cualidades importantes que lo hacen casi indispensable. Pero además, de todos los robles existentes - de los que hay 250 especies- solo algunas pueden utilizarse en tonelería.
Su madera es muy flexible, es dura, es impermeable y muy rica en aromas y sabores. La ciudad más importante en la industria tonelera es Cognac y el roble preferido ha sido hasta ahora el de los bosques franceses de Troncais, Limousin, Alliers, Borgoña, Vosges, Nevers, Fontainebleau y Cher. Sin embargo también hay barricas fabricadas con maderas procedentes de Rusia, de los Estados Unidos ( Oregon, Virginia, California y Missouri) y aun de Costa Rica. Las diferencias entre unas y otras están dadas principalmente por los aromas y sabores.

¿Roble francés o americano?
Las opiniones de los enólogos difieren, aunque muchas veces se utilizan robles franceses para una parte del vino que se esta elaborando y americano para la otra, con el fin de enriquecerlo y darle complejidad. También depende del cepaje, ya que según el enólogo de Bodegas Bianchi, Francisco Martinez, por ejemplo el Chardonnay va mejor con el francés, mientras que el Malbec anda muy bien con un alto porcentaje de americano. Otros especialistas también opinan que el Tempranillo y el Malbec se asientan bien en barricas americanas.
El roble francés imparte sabores más suaves, a vainilla, a clavo de olor, a especias, a chocolate y el americano es un poco más impetuoso con aromas a coco, plantas aromáticas, café, nuez moscada y matices tostados.
Un tema importante referente a la elección también es el costo. Por lo tanto también la elección dependerá del tipo de vino que se esta elaborando, ya que tendrá una marcada influencia en el precio final.

Todos los barriles no son iguales
No, por cierto, porque aunque todo empieza en el bosque, al elegir los robles centenarios, el tema sigue por la forma de cortar las duelas . En Francia se cortan del tronco, siguiendo la veta de la madera. Así para obtener un metro cúbico de duelas son necesarios cinco metros cúbicos de roble, aprovechándose solamente un 20 % de la madera. En América del Norte en cambio los troncos son aserrados, para aprovechar más y bajar costos. En este caso se aprovecha el 50 % del total.
Luego las duelas son estacionadas al aire libre.Y pasan dos a tres años hasta que esten a punto. Sol, viento y lluvia le quitan los taninos más agresivos, dejando los mejores . A partir de allí, luego del estacionamiento, entonces comienza la tarea de los maestros toneleros, una profesión con tantos años como tiene el vino acompañando a la humanidad.
La madera es cortada y unida por aros de acero.... y viene la gran tarea, la de calentar el roble para poder darle la forma de barril, combar las maderas.
Y ¿cómo se calienta? Con un fuego también de troncos del mismo árbol. Al calentarse, es indefectible que el interior de la madera se tueste. Es en este paso de la fabricación de toneles que se notan variaciones importantes, ya que de acuerdo al tenor de tostado será leve, medio, fuerte o extra. Estas categorías las tiene que elegir el enólogo, de acuerdo con el vino que espera obtener.
Luego del tostado, se controlan las barricas, la calidad y la seguridad de las juntas y listo! Una barrica puede durar entre 4 a 6 años, luego se pueden reciclar parte de las duelas, agregando madera nueva , cepillar a fondo y luego reconstruirse.

Maderas de a trocitos
Los toneles son costosos, según hemos visto. Por eso suele recurrirse a otros métodos menos ortodoxos pero más económicos que, si bien no están permitidos en los países productores europeos, suelen hacerse, con algunos establecimientos del Nuevo Mundo, para dar un leve toque de maderas a los vinos sin necesidad de recurrir a las barricas. ¿Cuales? Bueno, es comparable a las gotas de esencia de vainilla que se pone en las tortas...pues se recurre a los chips. Son trocitos, fragmentos de roble que se agrega al vino estacionado, para que le confiera algún sabor y aroma de roble. Otro método es colocar duelas, o sea las tablas que conforman las barricas en la base de los tanques de fermentación, para alcanzar el mismo efecto. Obviamente los resultados no son los mismos, si se utiliza el tonel o unas astillas de roble, pero para los vinos que no son de guarda, para los vinos jóvenes el sistema de chips puede ser válido.

DEGUSTACIÓN...

Cómo degustar
La degustación del vino comprende dos fases. En la primera recurrimos al equipamiento sensorial (nuestros sentidos) para apreciar las características olfato gustativas de un vino, a la par que determinamos, a nuestro juicio, su calidad. En la segunda fase, se trata de traducir las impresiones recibidas por los sentidos, ciertamente subjetivas, a un lenguaje común o universal. Veamos prácticamente cómo se procede para la degustación de un vino.

Orden a seguir en una degustación
Si se va a degustar un solo vino, no hay mayores inconvenientes. Pero si se trata de varios vinos a degustar, se deben tener en cuenta las siguientes consideraciones. Si entre los vinos a degustar se encuentran vinos secos, dulces, o ligeramente abocados, comience por los secos. Por que de otra manera, el paladar, halagado por la dulzura de los vinos con azúcar, percibirá inadecuadamente los vinos secos. Si son vinos de distintas edades, comience por los más nuevos, para terminar gradualmente por los más viejos. Si en el conjunto existen vinos blancos, rosados y tintos, se debe seguir un orden, agrupando todos los del mismo color. Tradicionalmente, el orden de degustación seguido es: en primer lugar los blancos, luego los rosados y por último los tintos. De esta manera se avanza paulatinamente en el grado de complejidad de los vinos, dejando para el último, aquellos con buen cuerpo e importante presencia de taninos.

La copa
La copa es un elemento muy importante en la degustación. Existe una copa oficial normalizada para la cata. Esta copa, al terminar en su parte superior con un diámetro de boca más estrecho que el diámetro del fondo, le permite concentrar mejor los “efluvios aromáticos” (constituyentes volátiles del aroma). Las paredes de la copa deben ser completamente lisas, carentes de relieve, dibujos u ornamentos, pues deben permitir observar el vino con total claridad.

Procedimiento
1) Para iniciar el procedimiento de la degustación coloque vino en la copa, ocupando solamente una cuarta parte de su capacidad, cualquiera que ésta sea.

2) Tome la copa por el pie o el tallo.

3) Inclínela ligeramente y observe, antes que nada, la limpidez del vino. Este es un requisito importante, por cuanto un vino turbio, se presta mal para la degustación. Una ligera opalescencia, salvo que se trate de un vino nuevo, denota alteraciones que pueden ser de diversa naturaleza, pero que a fin de cuentas, alteran la correcta apreciación. Esta primera impresión visual también se relaciona con el color del vino y su tonalidad. Es de hacer notar, que para realizar la apreciación visual, es indispensable efectuarla frente a la luz natural. La luz artificial de las lámparas suelen desvirtuar la observación. Si es posible, es conveniente contrastar el contenido de la copa con un fondo blanco, que puede ser un papel común, para evitar la intervención de colores extraños.

4) Efectuada esta primera observación, se procede a una primera olfación con el vino aún quieto en la copa, para detectar la primera impresión aromática. Luego se imprime a la copa una suave rotación con la mano que la sostiene. Este movimiento, al aumentar la superficie de evaporación natural del líquido, le permite desprender con mayor intensidad las características aromáticas.

5) Finalmente lleve a la boca un pequeño sorbo de vino. Ya en la boca, entreabriendo ligeramente los labios, realice una aspiración que permita que un ligero burbujeo impregne totalmente las papilas gustativas y el resto de la cavidad bucal. Momento en el cual podrá apreciar debidamente las cualidades del vino, no solamente gustativas, sino que al tragar, una ligera fracción del líquido, por vía retronasal, completa las sensaciones gustativas con las odorantes (que en este momento se hacen más intensas).


Paso a paso

1- Vista: El color del vino en el borde de la copa inclinada da la primera información. Aquí evaluamos los colores (intensidad y matiz) y la transparencia.

2- Olfato: Se inhala profundamente, primero sin mover la copa, luego, girándola para que se volatilicen los aromas más complejos. Analizamos persistencia, intensidad y calidad de los aromas. Se identifican los descriptores. Se evalúa si posee tipicidad y complejidad varietal.

3- Gusto: Se toma un sorbo y mientras el vino permanece en la boca, se absorbe aire y se lo hace burbujear. Se evalúa el ataque (gustos dulces), la acidez, el equilibrio, la intensidad de boca y la concentración de aromas y sabores. Se detectan los descriptores y se analiza la textura (untuosidad, astringencia, causticidad) del vino. Se percibe la persistencia y se determina la tipicidad y complejidad.

4- Tacto: mientras se retiene el vino en la boca, se percibe su estructura y temperatura.

5- Oído: El descorche, el vino bañando la copa y el sonido del brindis son los principales estímulos que recibe este sentido.

MARIDAJE

Dado que el vino forma parte de nuestra vida y de nuestra historia, es necesario hablar de este amigo y cómo puede proporcionar más placer al combinarlo con la cocina.
El casamiento o maridaje de ambos elementos es un arte. Ya sabemos que las uvas tienen componentes particulares y que al transformarse en vino dan características peculiares.
Una delicia gastronómica sin un amigo fiel como el vino que lo acompañe no será lo mismo. El arte de combinar ambos elementos ofrece un placer superior al que procuran ambos elementos por separado.
No hay que olvidar que el gusto y el aroma del vino refuerzan o destrozan, si la combinación ha sido desafortunada, el sabor de los alimentos que ingerimos.
Para aprender a maridar el vino con la comida, si bien es importante que la combinación resultante guste al consumidor, existen ciertas reglas generales que tienen la virtud de coincidir con el gusto de la mayoría.
Blancos secos, ligeros y frescos
Tienen aroma leve y poco cuerpo, son frescos y levemente ácidos. Por ejemplo, Chardonnay sin madera, Semillón, Chenin, Riesling.
Van bien con aperitivos, pastas con salsas de mar, pescados y mariscos fritos, salpicón de mariscos con vinagre y oliva, filet de pescado al limon, etc.
Blancos aromáticos
De intensa expresión aromática, levemente secos. Como ejemplos podemos dar el Torrontés, Sauvignon Blanc, Viognier y Gewürztraminer.
Algunas comidas que maridan bien con estos vinos son pescados ahumados o a la plancha, fiambres ahumados, quesos aromáticos de sabor intenso, comida asiática y tex-mex, empanadas picantes y en general comidas muy especiadas.
Blancos con cuerpo y estructura
Blancos vinificados con concentración de aromas, fermentación o añejamiento en barricas de roble. Por ejemplo Chardonnay con madera.
Comidas adecuadas son paellas y risottos quesos de pasta semiblanda, pollo saltado con hierbas manteca y ajo, cangrejos y langostas, carnes rojas con salsa de vino blanco.
Tintos elegantes con cuerpo medio
Tintos jóvenes sin madera, frutales, como por ejemplo Pinot Noir, Sangiovese, Merlot o Bonarda.
Maridan bien con estos vinos los quesos semiduros, solomillos de ternera o cordero a la pimienta, aves o carnes a la manteca con ajo o hierbas, costillas de cerdo, cazuela de ternera, etc.
Tintos untuosos con crianza en madera
Vinos tintos añejados en barricas de roble y en botella, con buen cuerpo, alcohólicos y largos en boca. Típicamente Malbec, Cabernet Sauvignon, Syrah o Merlot con madera.
Buenas combinaciones para estos vinos son las carnes rojas asadas, quesos duros picantes, carnes de caza, pastas con salsas fuertes.
Vinos de cosecha tardía
Vinos dulces o semidulces con o sin crianza en madera, como los Sauternes, las cepas típicas usadas para estos vinos son el Semillón, el Riesling y el Gewürztraminer.
El queso azul y los postres en general son los alimentos que mejor combinan con los vinos de estas características.
Para finalizar, recalcamos el hecho de que la única regla es que no hay reglas, solamente guías o sugerencias que suelen ser válidas para la mayoría de la gente, pero siempre es más importante el gusto del consumidor que cualquier regla escrita.

Existen temperaturas ideales para servir y beber los vinos, éstas nos permitirán apreciar aromas y agradables sensaciones en boca.
• Los vinos blancos secos, se beben entre 8º y 10ºC.
• Los vinos blancos dulces deben beberse entre 6º y 8ºC.
• Los tintos se beben entre los 14º y 18ºC.
• Los espumantes entre 6º y 8ºC.
• Los blancos siempre se sirven primero que los rosados y tintos.
• Los rosados antes que los tintos.
• Los tintos jóvenes antes que los de crianza.
• Los espumantes son una excelente opción para comenzar.
• Los vinos dulces son buena compañía para postres.
Recuerde que el vino se disfruta si está en buenas condiciones de temperatura, si ocurre que el vino está a mayor temperatura de la sugerida, no dude en colocar la botella en un recipiente con hielo y agua y espere que baje los grados que le pueden estar sobrando.


humor de copas !!!!


COMO HACER VINO PATERO !!!!






Vino patero (Mendocino): realizado sin aditivos, solo con uvas
pisadas en un cuero, generalmente de buey. Se bebe una vez bien fermentado.


1- Lo primero que hay que hacer es moler la UVA ya sea pisándola o con una moledora.

2- Una vez molida hay que volcar el contenido en un tanque metálico que se encuentre abierto en su parte superior.

3- Introducir en el tanque una manguerita que en la punta tenga enganchado un palito como del largo de un dedo, de manera que el palito sobresalga del extremos de la manguera. Introducir la manguera con el palito hasta que el palito toque el fondo del recipiente, allí chupamos como si fuésemos a sacar nafta de un tanque de combustible y el liquido irá pasando a 1 balde o los que sean necesarios según la cantidad de vino que estemos haciendo.

4- A medida que vamos haciendo esto hay que volcar el contenido de los baldes a damajuanas de 20 o 25 litros de capacidad, tapar las damajuanas con un corcho pero este debe estar agujereado en el medio para que así pueda ser atravesado por un tubito de plástico transparente. Hay que meter el tubito en la damajuana de forma que el extremo que estamos metiendo atraviese el corcho pero que no llegue a tener contacto con el líquido que está dentro de la damajuana. De esta forma irán saliendo los gases que se van produciendo durante la fermentación, el otro extremo del tubito de plástico lo ubico dentro de un vaso con agua, de manera que se meta la puntita dentro del agua. Notaremos que durante la fermentación producirá burbujas. Dejarlo así durante 30 días.

5- Una vez transcurridos los 30 días procedemos a sacar el corcho de la damajuana y con la misma manguera que use en el paso nro 3 pero con un palito en la punta de la misma que tenga esta vez una longitud de 3 dedos en vez de 1 dedo. Volvemos a poner la manguerita hasta que el palito toque el fondo de la damajuana, de esta manera se evita el contacto con la borra. Otra vez chupamos como si fuésemos a extraer nafta de un tanque y el líquido lo iremos pasando a otra damajuana.

6- Ahora en esta segunda escala de damajuanas, repetiremos lo mismo que hicimos en el paso 4. No nos olvidemos que la borra generada en la primera tanda de damajuanas hay que tirarla. Esta segunda tanda de damajuanas también durará unos 30 días.

7- Ahora hay que hacer una 3era tanda de damajuanas repitiendo de igual manera los procedimientos de las dos primeras tandas de damajuanas.

8- Una vez finalizadas las 3 etapas de 30 días cada una en las damajuanas. Vuelco el vino en damajuanas otra vez más pero esta vez la diferencia es que en vez de ponerles un corchito agujereado con un tubito en el medio, tendremos que ponerle un corchito que quede como medio flojito, es decir que no tape completamente, así hay que dejar las damajuanas otros 30 días más.

9- Una vez finalizada esta 4 etapa de 30 días más la etapa inicial de 7 días, le ponemos a cada damajuanas en vez de un corcho en la boca un globito como los que se usan para carnaval, de manera que no entre nada de aire en la damajuana. Así quedara entre 45 a 60 días.

10- Una vez cumplida esta última etapa, retiramos el globito de cada damajuana y recién allí podremos encorchar las damajuanas o pasar el vino que ya está listo a botellas mas chicas para ir embotellándolo.

El vino obtenido tendrá una graduación alcohólica de entre 14 y 15 grados.

Por cada 100 kilos de UVA se extraen aproximadamente 65 litros

cuando lo termine no se olvide de acompañarlo con un buen asado !!!!!!


Chardonnay

Chardonnay es una cepa de uva blanca ( originalmente producida en la región de Borgoña, Francia. Investigadores de la Universidad de California han analizado su huella genética, concluyendo que tiene su origen en las cepas Gouais Blanc y Pinot.

Otros nombres con los que se la conoce son: Auxois Blanc, Blanc, Gentil Blanc, Morillón, Morillón Blanc, Melón Blanc, Negret Blanc, Pinot Chardonnay, Rulander y Weisser.

Difusión

Aparte de su lugar de origen (el viñedo borgoñón) y otras regiones vinícolas de Francia, se trata de una uva francesa muy difundida internacionalmente y cultivada en Australia, California, Argentina, ((Brasil)} Chile y Sudáfrica principalmente.

Por lo que se refiere a España es una de las variedades foráneas más extendidas. Según la Orden APA/1819/2007, de 13 de junio (BOE del día 21), esta variedad vinífera está recomendada

Características [editar]

El grano de uva es pequeño, redondo y adquiere un tono miel cuando madura. El resultado de su vinificación produce un mosto suave y aromático, llamado frutoso en el ambiente de la Enología, característica por la que es incluida en la elaboración de champaña.

Cuando es envejecido en barricas de roble adquiere cualidades de sabor y aroma que lo distinguen y lo hacen muy apreciado entre sus consumidores. Solo algunas variedades muy específicas aceptan su guarda, por lo que generalmente se recomienda beberlo de producción reciente.

Con comida acompañarlo (algunas recetas ) imagen de dorado a la parrilla


A la "Paso de La Patria"
Se limpia, descama y corta en rodajas de 3 cms. un dorado. Se lo marina por una hora en una mezcla de jugo de limón, sal y pimienta. Se los pasa luego por harina y se los fríe en abundante aceite caliente hasta solo dorarlos. Se sacan y se colocan sobre una fuente para horno. En el mismo aceite se fríen 2 ó 3 cebollas picadas hasta dejarlas transparentes, se sacan, se escurren y se colocan en una licuadora con: 2 ó 3 dientes de ajo picados, 1/2 taza de perejil picado, unas hojas de albahaca fresca picadas, un chorro de jugo de limón, sal y pimienta a gusto y 1/2 taza de agua. Aparte se hierven unas papas medianas con cáscara. Se sacan y cortan en rodajas de más o menos unos 2 cms. y se colocan sobre el pescado acomodado en la fuente formando una capa, se le vuelca encima la pasta de la licuadora y se lleva a horno fuerte por unos 20'. Se le puede agregar al un poco de crema de leche a la pasta de las cebollas. Servir muy caliente.
El consejo:
Blanco seco del bueno y muy frío.

A la plancha o a la parrilla

Abrirlo, limpiarlo bien, lavarlo con abundante agua y cortarlo en rodajas de aprox. 2 cms. Marinar las rodajas en aceite de oliva, jugo de limón, perejil fresco picado y cebolla picada por una hora mas o menos. Si es del gusto también ajo y pimienta. Ponerlas sobre la plancha o parrilla previamente untadas con este menjunje y asarlas vuelta y vuelta. Rociarlas con el menjunje y jugo de limón solo de vez en cuando. Espolvorear con perejil fresco picado y servir acompañado de una ensalada verde fresca y algún blanco del bueno.

Frito

En filetes, (con el trabajo previo) marinarlas en el mismo líquido raro. Poner a calentar en una
olla abundante aceite y sumergir el pescado previamente enharinado. Preparar en un recipiente el jugo de algunos limones y cuando se sacan los filetes ya fritos sumergirlos en él unos segundos. Sacarlos, espolvorear con perejil fresco picado (si gusta) y acompañar con unas buenas papas fritas o, si son al natural agregarles mucho pimentón del bueno y abundante cerveza fría o un blanco seco de lo mejor que podamos encontrar.

A la "Pier"

Se limpia, descama y abre bien al medio un dorado. Se lo salpimentar a gusto, se lo coloca en una asadera sobre una rejilla o sobre tirantitos de madera para que desgrase. Se lo rellena con las rodajas de tomate y cebolla y las julianas de morrón. Se lleva a horno unos 35 a 45 minutos (dependiendo del horno y de lo que pese), se lo retira y se le agrega la salsa provenzal. Se vuelve a llevar al horno unos 10' más.
Salsa Provenzal a la "Pier"
Se le agrega una salsa provenzal hecha con: Ajo y perejil picados, aceite de oliva, sal y las
dos cucharadas de "ragú". Se puede acompañar con papas noisette naturales o fritas. Lo acompañan con buen gusto también verduras de hoja cocidas, espárragos al natural o algún puré de zapallo a la crema (por la suavidad), algún souffle de zanahoria o espinacas, ensalada rusa, etc.

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